Pies planos: pasos para aliviar molestias

Domingo 25 de Abril del 2021

Mujer andando descalza por el suelo.

Entre el 20 y el 40% de la población tiene los pies planos.Tener los pies planos es muy habitual. Según datos del Consejo General de Colegios de Podólogos entre un 20 y un 40% de la población tiene los pies así. De hecho, todas las personas nacen con los pies planos y los tienen así hasta los 3-4 años de edad. 

En la gran mayoría de las ocasiones es simplemente una deformidad de los pies y no supone ningún problema, pero en otras, los pacientes pueden referir dolor y molestias o desencadenar una serie de trastornos relacionados. 

“Además de facilitar la aparición de otras deformidades del pie, el pie plano puede influir en la biomecánica de la marcha y de la carrera, que es la forma en la que el cuerpo gestiona las fuerzas que actúan sobre él cuando nos desplazamos”, informa a CuídatePlus Juan Dios, secretario general del Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos. Así, por ejemplo, añade el experto, “una persona con pies planos tiene más riesgo de sufrir ciertas patologías del miembro inferior y de la espalda, concretamente en pies, tobillos, rodillas, caderas y lumbares”. 

Como indica Pilar Nieto, del Colegio de Podólogos de la Comunidad Valenciana, otros síntomas de los pies planos en el adulto pueden ser: 

  1. Artritis. La inflamación de las articulaciones puede ocurrir en personas con pies planos debido a la tensión en las articulaciones. La artritis puede surgir en los tobillos, rodillas y caderas secundaria a los pies planos.
     
  2. Tendinitis. La inflamación de los tendones puede ocurrir como la tendinitis de Aquiles (inflamación del tendón de Aquiles) y la tendinitis tibial posterior (inflamación del tendón tibial posterior).
     
  3. Fascitis plantar. Inflamación de los ligamentos de las plantas de los pies.
     
  4. Juanetes. Es una protuberancia ósea que se forma en la articulación de la base del dedo gordo del pie.
     
  5. Formación de callo. Se trata de piel engrosada en la superficie de las plantas del pie que se produce debido a una mala distribución del peso.

Limitaciones de los pies planos

La limitaciones más frecuentes de las personas con pies planos suelen ser “leves y estar relacionadas con la dificultad para encontrar calzado adecuado y con la posibilidad de sufrir más fatiga, debido a que el gasto energético para desplazarse es mayor”, destaca Juan Dios. 

A pesar de esto, estas personas pueden y deben hacer deporte, de hecho, como apunta el experto, “varios corredores de élite tienen el pie plano”. “Las personas que tienen un pie plano compensado que no está causando problemas a otras zonas ni tienen otros factores de riesgo, pueden hacer deporte porque la forma de su pie no supone un problema ya que funciona bien así”, explica en detalle el experto. Por otro lado, “las personas que tienen un pie plano patológico, en su gran mayoría, también podrán hacer deporte, siempre que hayan sido correctamente tratados”. Eso sí, antes de empezar “sería recomendable acudir a un profesional de la podología para que realice un estudio biomecánico”.

También es importante señalar que las personas con pies planos tampoco son más propensos a lesiones en general, pero sí “a cierto tipo de lesiones como la fascitis plantar, la tendinopatía aquílea o del tibial posterior o a padecer dolor interno de rodilla o de lumbares”, explica Juan Dios. “Esto se debe a que cuando el arco se hunde, las estructuras que tienen que frenarlo sufren y, además, este colapso cambia la posición de la pierna y la columna, lo que somete a estas zonas a tensiones aumentadas”. 

Por otro lado, añade el podólogo, “el pie plano no es eficiente para transmitir las fuerzas que la musculatura de las piernas generan para trasladarnos, por lo que esta se ve sometida a un estrés y un gasto energético mayores”.

¿Qué ejercicios pueden realizar?

Lo más recomendable es practicar ejercicios específicos que "fortalezcan la musculatura encargada de mantener la altura del arco, fundamentalmente el flexor común de los dedos y el tibial posterior". 

Así, son recomendables ejercicios como:

  • Andar de puntillas
     
  • Intentar recoger una toalla tirada en el suelo con los dedos del pie.
     
  • Potenciar el tibial posterior con una banda elástica.
     
  • Andar de talones.
     
  • Andar por la arena mojada.
     
  • Aguantar a la pata coja intentando no perder el equilibrio

También es recomendable practicar ejercicio descalzo como caminar sobre superficies blandas o realizar artes marciales. “Todo esto con un incremento gradual de la intensidad”, indica el experto.

Calzado correcto

En cuanto al calzado, lo recomendable es usar uno “con una suela de un centímetro aproximadamente, que amortigüe, pero no excesivamente blanda, y con un poco de altura en la parte posterior (cuña o tacón ancho)”, explica Dios.

Además, “debería tener elementos de control como un contrafuerte firme y un estabilizador central en la suela, que le dé cierta rigidez en esa zona, para evitar la flexión”. Otro consejo es usar “un calzado de puntera amplia con un buen sistema de sujección en el empeine, preferiblemente cordones”.